Un año de vértigo, tras un otoño y un invierno extremadamente secos, las lluvias llegaron al final de éste y continuaron durante la primavera de forma copiosa hasta alcanzar una cantidad suficiente, la habitual en un año completo y muy esperada tras 5 años consecutivos de fuerte sequía. Un verano inmejorable, con todas las noches frescas y sin olas de calor importantes, hacía prever un año 2018 “de libro”, del que esperábamos una “añada mítica”.