Esta fue la cosecha más fría de los últimos 30 años con intensas nevadas durante el invierno 2015. Posteriormente, la primavera se presentó mas fresca y lluviosa de lo habitual, produciendo mermas naturales de hasta el 50%, lo que propició una mejor calidad de uva. El clima se mantuvo fresco entre Diciembre y Febrero, lo que retrasó la madurez e inicio de cosecha versus otras añadas.
Los bajos rendimientos y la correcta distribución de los racimos en la planta, mantuvieron intacta la sanidad del viñedo, que fue cultivado prácticamente sin la necesidad de riegos suplementarios durante toda la temporada. El clima fresco, favoreció la expresión frutal, resaltada por niveles acidez mas elevadas de lo habitual.